jueves, 14 de julio de 2011

MEDICAMENTOS: USO RESPONSABLE



Uno de los grandes problemas de salud de nuestro tiempo es la utilización indebida de una gran cantidad de productos químicos. Hemos hablado en recientes post de la problemática de drogas ilegales como la marihuana, cocaína, etc. Pero hoy nos referiremos a otro peligro: el que constituye para la salud el mal uso de drogas aparentemente inocentes, a las cuales muchas veces la gente ni siquiera reconoce como medicamentos, ya que se trata de fármacos de venta libre en farmacias y supermercados, o aquéllos cuya difusión mediante publicidad es tan intensa que tendemos a creer que por ello están exentos de dañarnos.


MAL USO


Una persona hace mal uso de un medicamento en las siguientes situaciones:


Cuando cambia la dosis o la medicación prescripta por el médico.


Cuando desestima sus síntomas y no consulta, automedicándose.


Cuando acepta una medicación por recomendación de amigos o familiares en base a la experiencia de éstos con dolencias similares. (El clásico:" A mí me pasó lo mismo y tomé X...¡Me hizo tan bien! ¿Por qué no probás?)


Estas actitudes pueden terminar en algo grave, sino fatal, ya que cada fármaco ha sido cuidadosamente estudiado para recomendar su frecuencia, sus dosis y los casos donde debe ser aplicado.
Aquellas personas que ante una dolencia, por impaciencia, dificultad para concurrir a la consulta médica, o simplemente desconocimiento, toman esas pastillas "que le hicieron tan bien a fulano", quizás no son conscientes que cada persona tiene formas particulares de reaccionar ante la enfermedad.
A la vez uno puede tener enfermedades previas para las cuales, justamente esa medicacíón, tiene contraindicaciones, poniéndola en peligro de descompensar una enfermedad que ya traía (por ejemplo hipertensión, diabetes) por querer resolver rápidamente estos nuevos síntomas que se le presentan.
Suele ocurrir que quienes se automedican muchas veces lo hacen basados en su experiencia de síntomas anteriores. Se autoadministran así un medicamento por la razón: " aquélla vez que tenía algo parecido me hizo tan bien" Sin embargo "esta vez" puede ser diferente en cuanto a la enfermedad, aunque presente síntomas similares.


Son muchas las patologías que comparten ciertos síntomas.
Lo que los médicos llaman "diagnóstico diferencial" es lo que justamente les permite identificar una enfermedad dentro de un espectro de enfermedades con síntomas muy parecidos, incluso iguales, y lo hacen "catalogando" a la enfermedad en base a las diferencias.
Por lo tanto cuando nos automedicamos juzgando que antes tuvimos síntomas parecidos, cometemos un error ya que, o bien la enfermedad puede tener requerimientos diferentes, o bien el estado general del organismo puede no ser el mismo de entonces. Lo que en una ocasión fue benéfico, ahora puede ser perjudicial.


Muchos de estos medicamentos "inocentes" pueden producir tolerancia psíquica e incluso física dependiendo de cuál sea la droga consumida. (Ver post: "DROGAS:2ª PARTE) Las consideraciones con respecto a adicción y dependencia no varían de las establecidas para las drogas ilegales.


El organismo se acostumbra a vivir con esa sustancia y el fármaco se convierte en algo necesario para el funcionamiento del cuerpo.
Si suspende su uso puede atravesar por síntomas desagradables.
Por ejemplo, una persona acostumbrada a utilizar laxantes en forma innecesaria, al interrumpir su consumo movilizará intestino con mucha dificultad, luego comenzará a regularizarse, y finalmente no le serán necesarios.
No sólo son adictos quienes consumen drogas prohibidas, también lo son aquéllos que consumen drogas tan comunes como gotas nasales o aspirina.
Algunos de los medicamentos de los cuales se hace peor uso son los diuréticos, laxantes y sedantes.
Muchas personas que padecen obesidad (nótese que digo "padecen" y esto es porque la obesidad actualmente ya se considera no sólo un factor de riesgo de muchas patologías sino un padecimiento en sí misma) utilizan alguno, o incluso todos estos medicamentos como supuestos "colaboradores" de sus dietas. Pero ninguno de ellos tiene por efecto la supresión del apetito, simplemente se ilusionan con que los ayudará a eliminar los alimentos ingeridos o los líquidos acumulados, en el caso de los laxantes y diuréticos. Veamos sus  características.


DIURÉTICOS


Se les atribuye a los diuréticos una variedad amplia de propiedades "mágicas" a la par que se desconocen sus efectos reales. Ha causado alarma en los nefrólogos el uso indiscriminado que se hace de los diuréticos en la actualidad.
La frase "Yo estoy gordo porque retengo líquidos" es una muletilla bastante frecuente que utilizan quienes se encuentran obesos y entonces deciden recurrir a los diuréticos para solucionar su problema.
Este razonamiento sólo logra que los riñones se "acostumbren" a funcionar con diuréticos en un grado tal que luego resulta difícil prescindir de ellos.


Así se desencadena este proceso:


1-Se consumen diuréticos y se eliminan líquidos.


2-El líquido eliminado se compone de agua y sales, como el sodio y el potasio, lo que lleva a cambios en la composición de la sangre y otros líquidos del cuerpo.


3-Para recuperar el equilibrio y detener la salida de sodio y agua, las glándulas suprarrenales se ven forzadas a producir más aldosterona, (una de las sustancias encargadas de este objetivo), provocando un efecto de "rebote".


Esto significa que cuanto más diuréticos se toman, tanto más es el líquido que se retiene, con el consiguiente edema o "hinchazón" que se nota en los tobillos, en los párpados y hasta en la imposibilidad de quitarse los anillos con el aumento de grosor de los dedos.
Si para anular estas consecuencias se ingieren más diuréticos, se puede llegar a una dolencia conocida como "aldosteronismo secundario" que se manifiesta con síntomas de cansancio, depresión, apatía, calambres y debilidad debidos justamente a las alteraciones en el metabolismo del sodio y del potasio.

LAXANTES


Su uso indiscriminado puede llevar a la pérdida de los hábitos de funcionamiento del intestino y, de este modo, se vuelven imprescindibles para una función intestinal normal, condenando a la perpetuidad a quienes los utilizan.
Esa "pereza" intestinal que podemos sentir a veces bien puede existir y se soluciona modificando los hábitos dietéticos, aumentando la ingesta de alimentos ricos en fibras (frutas, verduras, granos enteros, etc.)
Esta simple medida nos proporciona varios beneficios: por un lado favoreciendo el tránsito intestinal, no llevando a la dependencia farmacológica, y por otra parte recibiendo las vitaminas y minerales propios de estos alimentos lo que sin duda contribuye a mantenernos saludables. 
El consumo masivo de laxantes se debe a la publicidad que hacen las industrias que los fabrican y que han decidido por su propia cuenta contrariar a la fisiología, estableciendo como una especie de norte deseado que las personas "deben" movilizar intestino diariamente. Sin embargo un intervalo de hasta 3 días puede ser un intervalo normal, cuando no se experimentan otras repercusiones.
Si usted acostumbra ir al baño cada tres días y eso no le provoca ningún tipo de problema, continúe. Usted no es "anormal" por más que quieran convencerlo. Consuma alimentos ricos en fibras y descarte los laxantes como opción para ser como reza la propaganda.


COMPLICACIONES DE LOS LAXANTES


Irritación intestinal: esto provoca que el intestino se contraiga más rápidamente. Cuando se toman grandes cantidades de laxantes simplemente no le damos "tiempo suficiente" a la comida para permanecer en el intestino, por lo cual disminuye la absorción de los nutrientes que necesitamos para que nuestro organismo funcione.


Nutrición inadecuada: especialmente en vitaminas y minerales.


Daño al funcionamiento intestinal: como se dijo los laxantes estimulan la contracción y esto hace que el intestino pierda gradualmente la capacidad para hacerlo por sí mismo, en algunos casos se daña su capacidad para absorber proteínas y grasas.


Aumento de la acidez de la sangre: provoca náuseas y erosión ósea a largo plazo.


SEDANTES


Ya hemos referido a ellos como una la las drogas más peligrosas para la automedicación. Recuerde que mal administrados o combinados con otras sustancias pueden incluso causar la muerte. Algunas personas intercambian sedantes de conocidas marcas como si se tratara de aspirinas o caramelos. Si usted se encuentra en este grupo de personas revise el post sobre
"DEPRESORES". Y prevéngase.


En la próxima entrada se hará referencia a la aspirina, peligros y reglas para consumirla.